viernes, 31 de octubre de 2008

DISFRACES DE DESNUDO

Los disfraces del yo tienen en sí dos raíces: La primera sin duda es el cuestionamiento de:

CUANDO ESTOY VESTIDO YA NO ESTOY DESNUDO, PERO, SI ME VISTO DE DESNUDO, ¿ESTOY VESTIDO O ESTOY DESNUDO?

Teniendo esta pregunta y esta cuestión en la cabeza, empezó a surgir la idea de la desnudez vestida, la creación de un disfraz de desnudo para que cuando me vistiese estuviera desnudo, o para probar la certeza de las cosas y los establecimientos.

La segunda causa podría ser, el primer párrafo del primer track del disco Testosterona de Bersuit Vergarabat:
Venía, vengo, estoy, estoy aquí solo, disfrazado de yo.

Y aquí es donde se complementa la idea de querer crear un disfraz de yo, pero sería un yo "desnudo", pues la ropa deforma el alma, pero nos mantiene púdicos y sin frío, así que no discuto sobre los derechos de los nudistas, ni los ataco.

La siguiente fase del proyecto fue justificar y planificar qué hacer con las piezas, decidir si el traje iba a ser utilizable o solo mostrable. Otra vez la canción fue la que dictó el porvenir de este proceso, pues el "venía, vengo, estoy" figuró el acto de andar por ahí "disfrazado de yo". Y finalmente desarrollé una trama para un performance, un happening.
Tratando de incorporan ese existencialismo de la canción, el del cuestionamiento y de la gente común y corriente, traté el tema de la adaptación y la soledad. Así, ese que va vestido de su desnudez caminando por la calle encuentra que él no es el único que vive disfrazado de sí, aquí entra la participación de Dalia Ybarra, quien representa al otro perdido, la disfrazada de ella. Ellos dos van por sus caminos distintos y en un punto x se encuentran, se emocionan, se ponen felices, pero talvez tan solo lo que necesitaban era saber, no estar, así que ambos siguen su camino, y da como "inicio" todo otravez.

La Ruta
Se eligió Insurgentes, por las cercanías de Metro Chilpancingo, pues por ahí pasa el metrobus y mucha gente, así el happening no sería creado detrás de una puerta a donde nadie podría entrar jamás.
La dinámica consistía en que Dalia se iba por un lado, rodeando algunas cuadras de la zona, mientras Pablo iba al lado contrario, una vez que sus caminos se cruzaran, la emoción aparecería, pero después sus caminos seguirían con su curso que llevaban.

La experiencia resultó sin altercados, siendo albures hacia sus propios amigos lo más que se oía -"Mira, ahí va lo que te gusta"-

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